Diario de una enfermera opositora: Mi historia

Comenzamos una sección en el blog de On-enfermería, en el que una de nuestras alumnas nos contará mes a mes su experiencia durante la preparación de su Oposición. Sin duda, un espacio de conexión, donde seguro que nos vemos tod@s en un momento u otro reflejad@s. Cómo decide ponerse a estudiar la OPE, las dificultades que encuentra para ello, sensaciones en el estudio, apoyos externos, motivaciones... Esperamos de verdad que te guste y sirva para que con esta compañera que comparte su experiencia, no te sientas sol@ en este proceso de preparación. ¡Bienvenid@!

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Diario de una enfermera opositora.

Me llamo Ángeles García Andrés y hoy he decidido comenzar a escribir un diario en el que contaré todas las cosas que me ocurren en mi camino para conseguir una plaza fija como enfermera. Así pues, querido diario, hoy me voy a presentar y voy a contarte un poco mi historia para que sepas los motivos por los que he decidido centrarme en preparar una oposición. Soy una chica de 23 años que, actualmente, vive en Albacete, ciudad donde nací. En 2016 terminé la carrera de enfermería y, ahora mismo estamos en el año 2018, el año en el que, después de todo lo que me ha pasado, he decidido centrarme en estudiar las oposiciones de mi comunidad y apuntarme a otras convocatorias para estar más preparada para el examen e intentar conseguir mi plaza también en otras comunidades.

«Y es que desde ese momento me di cuenta de que tengo la profesión más bonita del mundo»

Desde que comencé a estudiar enfermería en 2012 tuve claro que quería dedicarme a este trabajo toda mi vida. Me encanta ayudar a los demás y ver que, gracias a nuestra ayuda y a nuestros cuidados, los pacientes mejoran día a día, poder avanzar con ellos, verles nacer o morir, reír y llorar y un sin fin de emociones más que han conseguido que me apasione mi trabajo desde que hice mis prácticas. Y es que desde ese momento me di cuenta de que tengo la profesión más bonita del mundo y me siento feliz por lo que soy.

Para ponerte en antecedentes, te voy a contar lo que me ha pasado desde que termine la carrera y los motivos por los que he decidido centrarme en preparar una oposición y en conseguir por fin mi sueño de ser ENFERMERA y poder dedicarme a lo que me gusta de forma indefinida.

Cuando estaba en cuarto año de la carrera, vinieron a darnos charlas de varias academias que se encargaban de preparar el examen para conseguir el acceso a Enfermero Interno Residente (EIR). Me llamó mucho la atención hacer una especialidad, en un principio me gustaba más la de matrona y luego me fue convenciendo más familiar y comunitaria. Pensé que el EIR era un examen adecuado para los que acabábamos de terminar la carrera ya que para conseguir la plaza lo que se tiene en cuenta es la nota del examen y el expediente académico de la carrera. Luego, en el caso de que sacase plaza estaría dos años trabajando, puntuando para la bolsa, especializándome en algo que me gustaba y, además, cobrando por ello (aunque no era mucho pero algo era algo). Por ello, decidí apuntarme a una academia para preparar el EIR en un curso entero, la academia era muy buena y el temario muy completo, su curso empezaba en marzo y durante unos meses tendría que compaginar el acabar la carrera con prepararme el examen.

Así fue como estuve los meses de marzo a junio de 2016 compaginando las clases de la academia con los trabajos y prácticas de la universidad, durante esos meses, lo que hacía era ir a las clases de la academia y ver el temario en casa, pero no podía estudiar ni hacer más cosas porque no tenía mucho tiempo. Cuando terminé la carrera tenía ganas de trabajar y fui a llevar el curriculum a los hospitales de Albacete para que, en caso de terminarse la bolsa, me llamasen para trabajar en SESCAM, que es el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha. Mi pareja tiene un bar y muchas veces tengo que ayudar en la cocina, esto también me quitaba bastante tiempo de estudiar e hizo que lo único que hiciese de la academia fuera ir a clase y leerme el temario en casa cuando llegaba. También hacía los simulacros y veía que iba subiendo las netas porque las clases estaban muy bien explicadas. Durante las clases intentaba estar muy atenta para retener los conceptos lo máximo posible, mis profesores siempre han dicho que soy una esponja y la verdad es que, cuando algo me gusta y me lo explican bien recuerdo mucho mejor los conceptos.

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Tras unos meses, en julio, una compañera me llamó porque en su residencia necesitaban una enfermera, como tampoco estaba estudiando mucho y tenía muchas ganas de trabajar mandé mi curriculum y me llamaron al día siguiente para que me incorporara. El contrato era de tres meses que se podrían alargar porque luego cubriría las bajas de otras enfermeras. La jornada laboral era de 5h y el salario según el jefe unos 1.300€, pensé que sin apenas experiencia y con esa jornada me vendría bien para seguir practicando y empezar a ejercer y acepté el trabajo. Ese mes fue algo duro porque tenía que conducir más de una hora para llegar a la residencia e igual para volver a casa pero estaba feliz porque me había adaptado muy bien y los residentes estaban contentos conmigo. Mi sorpresa fue cuando llego mi primera nómina y, en lugar de los 1.300€ que habíamos hablado, me pagaron 700€. Fui a hablar con el jefe y me negó todo diciendo que eso no lo cobraba nadie de las que trabajaba allí. Valoré lo que me estaba costando la gasolina y vi que no era buena idea seguir trabajando allí y me fui. Estaba bastante enfadada porque me sentí engañada y, tras hablarlo con mi pareja, decidí que durante un tiempo no trabajaría en residencias, ayudaría en el bar y estudiaría y trabajaría en caso de que me llamasen de SESCAM.

En septiembre, mi pareja y yo nos casamos, por lo que el resto del verano hasta octubre, que volvimos de la luna de miel, no estudié nada de la academia. Fue entonces cuando decidí empezar a estudiar el temario y a subrayármelo, viendo las video-clases y haciendo resúmenes. Ese año, el examen fue el día 28 de enero de 2017, me presenté pensando que no lo llevaba bien preparado porque realmente solo había podido darle una vuelta al temario y el repaso la semana previa había sido demasiado ligero. Después de la boda, organizarme en casa y el trabajo en el bar, me habían quitado bastante tiempo y estaba muy arrepentida de no haberme centrado más en el planning de la academia desde el principio.

«Esto me sirvió para darme cuenta de que si me esforzaba por centrarme más en mi carrera profesional, seguía bien el planning de estudio y hacia más test, era un objetivo que podría conseguir.»

Cuando vi el examen, las primeras preguntas eran muy difíciles, pensé que ni siquiera la gente que se supiera el temario de memoria las sacaría porque eran varias de escalas que ni siquiera estaban en el temario y de datos muy exactos, asique decidí tomarme el examen como un juego. Cuando llegué a la pregunta 10 y vi que apenas sabía bien la mitad, decidí pensar que lo mejor era estar tranquila y pensarlas con calma. Cuando terminé el examen, en la salida, mis compañeras estaban muy decepcionadas, era muy subjetivo y la forma de las preguntas y su distribución nos confundieron a todos. Yo, después de todo, salí contenta, pensé que había contestado muchas estando casi casi segura y que me había dado tiempo de terminarlo y repasarlo. Al día siguiente las academias abrieron las plataformas para ir metiéndolo, yo tenía unas 136 netas y estaba bastante bien, de hecho, todas las academias me situaban entre la posición 600-800. Esto hizo que me hiciera ilusiones de poder conseguir una plaza, ya que había unas 995 ese año. Cuando salió la lista de notas del Ministerio mi posición fue 1.122. Cuando vi el número empecé a llorar porque no me lo podía creer, las academias me metían dentro y ahora estaba fuera y lo peor era que lo que contaba era el puesto del ministerio. Desde ese día mi actitud cuando meto un examen en una plataforma es pensar que puede estar bien pero no hacerme ilusiones porque para mí, cuando vi ese número, me llevé un chasco muy importante. Ese año, el ministerio me convocó para ir a Madrid, fui, y la última plaza la cogió el aspirante número 1060. Esto me sirvió para darme cuenta de que si me esforzaba por centrarme más en mi carrera profesional, seguía bien el planning de estudio y hacia más test, era un objetivo que podría conseguir.

En 2017, después de lo de Madrid, decidí prepararme el EIR por mi cuenta con el temario que tenía del año anterior. Es verdad que hay datos que las academias actualizan cada año, pero durante mi preparación había conocido a muchos compañeros que estaban dispuestos a ayudarme y formaba parte de un grupo de WhatsApp en el que nos manteníamos informados de las novedades y nos motivábamos los unos a los otros. Este grupo ha sido muy importante para mí y, a día de hoy, puedo decir que hay varios que considero, además de compañeros, buenos amigos. Comencé a organizarme los temas y a subrayarlos, lo que hacia era leerlos y pasarlos a una libreta con mis propias reglas, resúmenes… así, dejaba todos los temas preparados para que en la segunda vuelta, alrededor de Septiembre, sólo me quedara sentarme, estudiarlos y memorizarlos bien.

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En abril, el sindicato donde estaba afiliada, sacó un curso presencial que estaba muy bien de precio para preparar la oposición de SESCAM y decidí apuntarme. De esta forma, además de estudiarme y prepararme los temas por mi cuenta, el hecho de ir a clase haría que me pusiera más las pilas y me centrara más. El curso paraba en los meses de verano y, pagando una pequeña cantidad, también nos daban libros, que decidí comprar. En la primera clase, le conté a la profesora lo que estaba haciendo y me dijo que lo que debía hacer era apuntarme a las oposiciones que fueran saliendo a modo de preparación para los exámenes y, también, para probar a conseguir mi plaza en otros sitios. También me dijo que siguiera preparando el EIR y que lo que podía hacer era estudiar con su temario ya que, al ser abierto era el más completo y luego, la parte específica de las oposiciones, conseguirla a través del sindicato o de otros compañeros. Desde el mes de abril hasta julio me dediqué a resumir y trabajar los temas sacando, a parte, las cosas específicas de SESCAM. Estaba muy contenta con mis avances.

En el mes de julio me llamaron para trabajar en SESCAM, era un contrato de dos meses en atención primaria y estaba muy contenta porque tenía muchísimas ganas de trabajar. Fueron dos meses en los que aprendí mucho y me hicieron crecer y aprender como profesional. Durante esos meses deje de lado los estudios porque, entre el trabajo y ayudar en el bar, apenas me quedaba tiempo aunque no le di importancia porque pensaba que cuando terminara el contrato en octubre recuperaría el tiempo atrasado. El problema fue que tuvimos una baja en el bar y me tocó sustituirla hasta enero, por lo que aparqué los libros completamente (otra vez).

«Me di cuenta de que lo que realmente necesitaba era sacar plaza en una oposición porque eso me daría trabajo fijo para toda mi vida y en ese examen sí que podía encontrar un temario cerrado y unas buenas bases en las que apoyarme.»

En enero entró el nuevo cocinero y decidí darle un repaso a todo porque el día 10 de Febrero de 2018 era de nuevo el examen EIR. Fue un mes intenso y conseguí repasar muchos de los temas, pero lo llevaba mucho peor que el año anterior. Además, en el examen, decidí dejarme en blanco las que dudase y esa estrategia me jugó una mala pasada. Me dejé 30 preguntas en blanco y fallé muchas preguntas que me hicieron quedar en la posición 2.929.

Después de haberme presentado a dos EIR y ver que cada año los exámenes han sido más subjetivos y complejos, me di cuenta de que lo que realmente necesitaba era sacar plaza en una oposición porque eso me daría trabajo fijo para toda mi vida y en ese examen sí que podía encontrar un temario cerrado y unas buenas bases en las que apoyarme. Por todo esto decidí que, en lugar de prepararme el EIR y ampliar con las oposiciones, me centraría en la oposición del SESCAM y me apuntaría a todos los exámenes que salieran. En 2018, muchas comunidades están sacando convocatorias de oposición. Además, se está haciendo una OPE de estabilización cuyos exámenes serán el 12 de mayo de 2019 y al que algunas comunidades van y otras no, y está claro que van a salir muchas nuevas convocatorias por lo que, sin lugar a dudas, estamos en tiempo de estudiar y presentarnos a muchos exámenes. Son tiempos de OPES. Todo esto y el hecho de ver que hasta ahora no he conseguido lo que me proponía por falta de tiempo y dedicación es lo que me ha hecho decidir que tengo que hacerme una buena rutina de estudio y centrarme en conseguir mi objetivo, sacar una oposición y poder dedicarme 100% a la enfermería.

«Pienso darlo todo y esforzarme al máximo en cada uno de los exámenes a los que me presente para conseguir mi sueño.»

Y así, querido diario, es como termino de contarte mis antecedentes para que entiendas que este año, el 2018, es mi año y quiero que sepas que pienso darlo todo y esforzarme al máximo en cada uno de los exámenes a los que me presente para conseguir mi sueño. He decidido comenzar a escribirte porque estoy segura de que mi viaje hacia la oposición será un camino largo y en el que tendré que afrontar muchos altibajos. Tú serás un espacio donde pueda contar como me siento mientras preparo el examen, cuales son mis miedos o las cosas que me motivan a seguir estudiando, lo importante que son las personas que están a mi alrededor y que me apoyan, un espacio donde explicar porqué puede que necesite una pausa en el camino para volver a retomarlo con más fuerza que antes, donde ver las dificultades de cada tema y los trucos que voy sacando para estudiarlos mejor y hacerlos más amenos, donde poder contarte cómo afronto un examen y cómo sigo adelante después de haber hecho un examen importante.

Sin lugar a dudas, estoy segura de que estas líneas serán muy importantes para mí. Espero que dentro de unos años pueda volver a leerte y pensar “que momentos, que de sensaciones y que duro y largo fue el camino pero al final lo conseguí porque todo esfuerzo tiene su recompensa”.

Ángeles.