Por Ángeles García.
📓 Querido diario:
Qué placer tan grande volver a escribirte. Han sido unos meses súper intensos, pero estoy tremendamente agradecida por todo lo que he vivido en ellos. Lo último que te conté es que tenía plaza EIR y que estaba trabajando en Palma de Mallorca, estudiando para macroope en Baleares y trabajando con On- enfermería como profe de corrección de simulacros.
Pues bien, el tiempo ha pasado, estamos a mediados de mayo de 2019, mañana es el examen de macroope y tengo muchas cosas que contarte.
Para empezar, laboralmente sigo en Palma, en Son Espases, en cardio y vascular, un servicio al que me he adaptado súper bien y en el que cada día me siento más cómoda. Hay muy buen rollo con los compañeros y ya le he cogido la marcha a la planta. El súper está muy contento conmigo y eso es algo muy positivo para mí. Además, los cirujanos también están contentos conmigo y eso es algo a lo que le doy mucha importancia, porque hace que el trabajo sea más llevadero.
Me está gustando esto de las heridas feíllas y los pies complicados, pero no todo se queda en trabajar. Ya sabes que soy un culo inquieto, así que sigo dando clases de corrección de simulacros. El rato de la clase lo disfruto muchísimo. Los alumnos son geniales y los trucos parece que me salen solos cuando me pongo a preparar la clase.
Al principio pensé que me quitaría tiempo y que igual era un inconveniente para mi estudio pero, sin embargo, ha sido un punto muy positivo y me está ayudando a reforzar mejor los conceptos, además de hacerme pasar un buen rato. A primeros de mayo hicimos un simulacro en abierto que tuvo muchísimo éxito. Me tocó corregirlo y me lo tomé como algo personal. Quedó un trabajo chulísimo la verdad, ojalá alguna de las preguntas que hemos visto en él caiga en el examen de la OPE que tengo mañana.
Trabajo test durante las noches
No he dejado de estudiar en todo este tiempo. Sobre todo he hecho muchos test, me he estado llevando la tablet al trabajo y aprovechaba ahí. Cuando más he hecho ha sido cuando iba de noches que tenía el turno con ratos más tranquilos. La teoría he ido repasándola, intentando trabajar un manual cada dos o tres días y, además, he ido completando más aún la libreta de oro.
Estoy muy orgullosa del trabajo que he realizado con la libreta y con el estudio. Estoy realmente alucinada de lo bien que me he organizado y lo bien que he sabido llevar el trabajo y el estudio. Esta última semana antes del examen me he centrado solo en la libreta de oro, en las infografías que tenía y en hacer test y ha sido una buena semana, creo que llevo el examen muy bien preparado. Estas últimas noches en el trabajo he aprovechado para mirarme la bibliografía que subió el IB-Salut para la ope. Me ha dado un pálpito de que va a ser importante y me la he estado leyendo por las noches, ojalá caigan preguntas de ello.
El examen es mañana. Hoy es día de descanso, hoy no se toca ningún libro, hoy solo se despeja la mente y se atraen las cosas buenas. Hoy es un día para estar feliz, para mirar el camino recorrido y dejarme llevar por las buenas vibras. Hoy es un día de evitar nervios, de hacer cosas pendientes, de disfrutar y de olvidar que mañana será uno de los días más importantes de mi vida. Hoy es un día para soñar, para hacer todo lo pendiente estos meses, es un día para reiniciar la mente y para cargar las pilas, sobre todo, cargarlas a tope. Hoy estoy feliz y necesitaba escribir y, aquí estoy, contándote cómo he llegado a este precioso momento. Mañana espero que el esfuerzo y el sacrificio de estos meses se vean recompensados, espero tener la suerte que tanto he trabajado.
Plaza EIR asegurada
Para cambiar un poco el tema del examen, vamos a hablar del EIR. Lo último que te conté es que en la lista definitiva tenía un puesto 836, por lo que ya podía decir que tenía la plaza EIR asegurada (había 1.092).
Pues bien, como la especialidad ya la tenía elegida, pediatría, por los motivos que te conté en el capítulo anterior, era el momento de pensar en el destino, dónde me gustaría pasar los próximos dos años de mi vida. Mi primera opción estaba clara, Albacete, mi casa. Al principio no sabía ni siquiera cómo estaban los residentes de allí, pero no me importaba mucho, casa es casa y es la primera opción, por comodidad, por la familia, por los amigos y por todo lo que mueve mi vida allí.
Me puse en contacto con los residentes gracias a una amiga que había hecho allí la especialidad de comunitaria y me hablaron muy bien del sitio. Los que estaban allí estaban contentos y volverían a coger el mismo sitio y eso me parece algo muy a tener en cuenta en mi elección. El personal tenía interés en formarlos, las tutoras se involucraban en su formación y ellos estaban contentos con lo que habían aprendido en sus rotaciones. Esto me reforzó todavía más a mi Albacete como primera opción.
Pero Albacete no lo es todo y mi puesto no es tan bueno como para poder decir que tendré plaza ahí seguro, así que tenía que pensar en otras opciones. Justo ahora estoy trabajando en Palma de Mallorca. Dicen que lo más complicado aquí es encontrar casa y yo ya tengo una buena casa en la que estoy muy cómoda y feliz, así que por qué no poner a Palma entre mis opciones. Me enteré de que la jornada de puertas abiertas para residentes del hospital de Son Espases era el 14 de marzo y fui. Además no fui sola, quedé con Cristina de Eiropeando y así ya de pasó la conocí también.
Fui saliente de noches. Le había comentado a mi súper que iría a las puertas abiertas y él había hablado con el coordinador de las EIR para decírselo. La noche de antes pasó por mi planta (también estaba de guardia) y me dijo que me pasase por su despacho antes de la reunión para hablar conmigo si quería. El turno esa noche fue algo movido, pero eso no me impidió ponerle muchas ganas al café con leche e ir al despacho de Arturo.
Arturo, el coordinador, me habló muy bien de cómo era el EIR de pediatría en Son Espases. Iba cogiendo fuerza para ser mi segunda opción la verdad, pero después hablé con las residentes de allí, especialmente hablé con Alba y me comentó que, aunque estaba contenta con la especialidad, se le estaba haciendo un poco duro estar lejos de casa y que los permisos que tenía no eran suficientes para ver a los suyos estando tan lejos. Son Espases se convirtió en mi segunda opción con comillas porque yo tampoco sé cómo llevaría la distancia en dos años y con menos tiempo que ahora, porque entre trabajo asistencial, investigación, ponencias, etc. seguramente iría más apretada y podría viajar menos a casa de lo que lo estaba haciendo ahora.
Los nervios en la elección de plaza
Pero como se suele decir, cuando una puerta se cierra se abre una ventana y a mí se me abrió un gran ventanal ese día. Porque fruto de la publicación que hice en el blog sobre que iba a ir a la jornada de puertas abiertas de Son Espases me habló Ana Belén y me dijo: “Ángeles, en el hospital de Alcázar de San Juan están muy bien nuestros residentes, por si tienes o quieres otra opción”. Te aseguro que cuando vi ese mensaje, algo en mi cabeza hizo click. No sé describirlo pero no había oído hablar nunca de Alcázar de San Juan y de repente lo vi como una buena opción.
Hablé un poco con Ana Belén y con María (una de las resis de allí) y rápidamente Alcázar cogió forma en mi cabeza. María estaba muy contenta con la formación que estaba recibiendo, el hospital era muy acogedor y ella tenía claro que repetiría el sitio que había elegido (y eso, para mí es algo súper importante a tener en cuenta). Miré y Alcázar pillaba a una hora y media de Albacete en coche, además estaba muy bien ubicado por tren, así que lo vi como una muy buena opción. Se convirtió en mi segunda opción, quedando la lista de esta forma:
- Albacete
- Alcázar de San Juan (Ciudad Real).
- Palma de Mallorca (dentro de Palma, primero Son Espases y después Son Llatzer).
El tiempo fue pasando y llegó el día de la elección de plaza EIR. El gran día fue el 26 de abril de 2019. El día anterior cogí un avión hacia Madrid, allí me esperaban mi madre y su pareja, Chema. Ninguno de los dos quería perderse el gran día. Me quedé en casa de Elvira, prima de mi madre y compañera sanitaria. Estaba tan ilusionada como yo con la plaza. Esa noche dormir fue complicado, ese día se habían cogido 2 de las 5 plazas que había en Albacete, lo que significada que me quedaban 3 plazas que podían agotarse en las 336 personas que tenía delante de mí el día que me tocaba elegir a mí. De Alcázar no se había cogido ninguna de las plazas y de Mallorca tampoco.
Ese día me levanté con tiempo, me puse guapa, cogí mi chaqueta nueva, de color amarillo, color que muchos odian porque dicen que trae mala suerte pero que a mí particularmente me gusta mucho. Salimos con tiempo hacia el ministerio y, menos mal, porque menudo tráfico hay por las mañanas en Madrid, qué nervios para llegar, pensaba que llegaría tarde, casi bajo del coche y voy andando pero, al final, aguanté y llegamos a tiempo. Un par de fotos en la puerta, un par de caras conocidas, nervios en el estómago y muchas, muchas ganas de cruzar las puertas del ministerio y encarar mi futuro.
Por fin me toca, me llaman, paso por los controles y me dan un papel con un listado de las plazas y un bolígrafo para ir tachando conforme se elige, nos sentamos en una especie de anfiteatro. Los nervios se palpan, se ven en nuestras caras y la gente habla entre sí para ver qué van a elegir o de dónde son, algunos se conocen de grupos y otros no dicen nada y solo están nerviosos para dentro.
En mi caso hablo (qué raro ¿verdad?). Hablo con mi compañera de al lado, la chica va un par de puestos delante de mí, quiere Madrid y, si no queda, Albacete, así que rezo porque le llegue Madrid. Nos cogemos la mano mientras la gente va eligiendo. Bajan de 10 en 10, primero pasas por un par de mujeres arregladas en un ordenador, miras lo que queda y luego vas con otras dos personas a elegir tu plaza EIR y confirmarla pulsando el “enter” de su ordenador.
Emociones a flor de piel
Parece que esté viendo una película de cómo será mi futuro. La gente va eligiendo sin parar y yo voy tachando sitios de la lista. Matrona se acaba pronto y la gente celebra como loca haberlo conseguido. Hay muchas lágrimas la verdad, yo no sé si llorar, reír, hablar o qué hacer, es todo tan extraño. Decido seguir con mi lista y relajarme, van corriendo los puestos y se van eliminando plazas, cuando quedan unas 80 personas para llegar a mí alguien coge Albacete, quedan dos.
Cuando quedan unas 40 alguien coge Albacete de nuevo, queda una. Cuando quedan 10 para que me toque no puedo evitarlo y lloro de emoción, me va a llegar, en casa, me giro para darle mi teléfono a la chica de atrás y pedirle que me haga una foto al subir eligiendo y de repente se escucha: “Albacete, Pediatría”… Se me hace un nudo en el estómago, las lágrimas de felicidad se transforman en rabia e impotencia, lo he rozado y ahora… Ahora no está, se han acabado las plazas en Albacete a solo 10 personas de mí. ¿De verdad el destino piensa hacerme esto ahora? Pues sí, es lo que parece y es lo que es.
Albacete- Alcázar de San Juan (Ciudad Real)
- Palma de Mallorca
Pero eso no es todo amigo, cuando subo a elegir la persona que habla dice “Alcázar de San Juan, Pediatría”. Te aseguro que no me lo podía creer, en Alcázar había solamente dos plazas y se acababa de coger una de ellas. Llorando le pedí a la revisora de las plazas que mirase si quedaba Albacete, como era de esperar no quedaba, le pedí Alcázar y me dijo que quedaba una allí, me dijo además “no llores muchacha, si allí seguro que se está muy bien, tranquila”. Lo agradecí y esperé ansiosa las 3 personas que tenía delante. Menos mal que ninguna más cogió Alcázar y me llegó, así que mi destino ha sido Alcázar de San Juan, una ciudad de Ciudad Real en la que no he estado nunca, pero que espero que me reciba y me trate muy bien.
Salí fuera llorando, mi madre me abrazo y me dijo que al menos estaba cerca de casa y que no me preocupase. Llegó Carmen, una seguidora del blog con la que coincidí en el examen EIR, me dijo que ella también iba a Alcázar a hacer matrona y que estaríamos muy bien juntas. La verdad es que me vino muy bien en ese momento ver una cara amiga y saber que compartiríamos destino. La noticia de que me había tocado allí no tardo en moverse, llamé al hospital para avisar y a María y la gente se puso contenta de que fuera allí. Algo me hace pensar que voy a estar muy bien allí, es otro de mis pálpitos y espero que este sea real.
Después de la elección busqué piso en Alcázar, es bastante difícil hacerlo cuando estás a cientos de kilómetros y no vas a ir a verlo en persona. Pero bueno, nada es imposible cuando algo se quiere. Conseguí un piso muy bonito y que no estaba mal de precio y le dije al casero que nos conociésemos por videollamada, porque por trabajo no podríamos vernos en persona. Le pareció correcto y la presentación se dio muy bien. Ha accedido a guardarme el piso hasta que vaya. Me incorporaré a finales de mayo así que es una gran noticia.
Como ves tenía muchas cosas que contarte, espero que te hayas puesto al día sin ningún problema y espero volver a escribirte muy pronto. Ojalá te cuente que el examen de macroope de mañana se me ha dado genial, que han salido muchas cosas vistas en las clases con On y que el examen ha sido complicado. Ojalá todo siga tan bien como hasta ahora y te tenga que dar solo buenas noticias la próxima vez que te escriba, ojalá seguir sumando siempre. Nos escribimos pronto.
Ángeles.