Enfermeras del trabajo, gracias por vuestra profesionalidad

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Hoy queremos poner en valor la figura de la enfermera del trabajo. No lo hacemos lo suficiente. Hoy queremos visibilizar una especialidad de la enfermería cuyo trabajo es indispensable para la promoción y el mantenimiento de la salud en un entorno laboral seguro.

Siempre están ahí. En servicios de prevención, en gabinetes médicos de empresa, en áreas de prevención de riesgos laborales, en centros de investigación, asistenciales… Profesionales, atentas, acogedoras, siempre dispuestas a escuchar porque saben que un detalle puede ser la clave para minimizar riesgos y prevenir un problema médico surgido en el ámbito del trabajo.

“Jose, te noto cansado, ¿estás durmiendo lo suficiente?”, “Susana, vamos a supervisar la postura para aliviar esas molestias en la espalda”, “Ángel, estás perdiendo audición, hay que reducir la exposición al ruido en la nave”… Cuando la enfermería del trabajo despliega sus principales funciones, el impacto positivo es innegable.

No olvidemos que esta labor está en manos de una enfermera especialista, que ha invertido dos años de residencia EIR en su preparación y que se forma periódicamente para adaptarse a nuevas situaciones, escenarios laborales y cambios legislativos.

Proporciona atención sanitaria urgente en caso de lesiones o accidente en el lugar de trabajo, realiza reconocimientos periódicos para evaluar la aptitud física y mental de los trabajadores y trabajadoras, implementa programas formativos sobre seguridad laboral y prevención de riesgos y, hoy en día, juega un papel vital en el manejo del estrés, fomentando estilos de vida saludables y una buena higiene mental.

Hoy, queremos dar las gracias a todas esas enfermeras y enfermeros del trabajo, por su dedicación, por su compromiso, por su cercanía, por su empatía, por escuchar y por enfrentarse a tantos desafíos con determinación y una eterna sonrisa.

Escucharles, que estén cómodos, ayudarles para realizar las pruebas y aportarles tranquilidad y confianza es nuestra prioridad”

El contacto humano, premio de la enfermera del trabajo

Hemos hablado con enfermeras del trabajo. Y es curioso porque donde nosotros vemos solo espacios o funciones ellas ven trabajo en equipo y una gran escuela de vida. “Nuestra mayor satisfacción es el contacto con la gente -nos dicen-. Las personas que atendemos provienen de diferentes actividades, ámbitos sociales, países… Tratamos igual a un notario que a un motoserrista forestal, al gerente de una empresa y al operario. Escucharles, que estén cómodos, ayudarles para realizar las pruebas y aportarles tranquilidad y confianza es nuestra prioridad”.

Una enfermera del trabajo valora, trata, gestiona, coordina, forma, previene, orienta, aconseja. Todo un reto. ¿Su premio? El agradecimiento, sin duda. Recibir un emotivo correo desde una empresa porque la formación en primeros auxilios que se programó la semana anterior les permitió aplicar la maniobra de Heimlich y salvar la vida a un trabajador que se había atragantado.

O esa grave anemia detectada en un análisis rutinario que evita consecuencias mayores; o ese electrocardiograma que posibilita tratar a tiempo una grave cardiopatía que habría acabado mal. Todas esas intervenciones implican personas eternamente agradecidas. Y ese es el gran valor de la enfermería del trabajo.

Hoy, la Asociación de Especialistas en Enfermería del Trabajo (AET) celebra 30 años de actividad. Un aniversario significativo bajo el lema “Honrando nuestro pasado, forjando nuestro futuro”, que, seguro, será un revulsivo para seguir avanzando, innovando y elevando la reputación de esta profesión hasta donde se merece.

¡Muchas felicidades!